Por Miguel Florentino Jiménez
Al transcurrir de los años vamos aprendiendo y acumulando experiencia, pero al parecer muchas personas no asimilan estas experiencias y se convierten en tontos ignorantes y AL FINAL DEL CAMINO PAGAN sus torpezas, solamente hay que esperar con una funda de palomitas para ver su caída libre.
Hemos observado que mientras más prepotente y soberbia es una persona más duro la vida les da, por tal motivo debemos recibir el bienestar, el poder y las riquezas materiales con la prudencia necesaria para no lamentarnos pues cuando esto no ocurra, en la cama, en la cárcel o la tumba se verá las consecuencias.
Hay que entender que la vida es corta y pasajera, que lo único que da satisfacción es cuando tratamos con respeto a los demás, cuando somos solidarios con el prójimo, el tomar como herramienta para lograr cosas, el engaño y las mentiras, no es de sabios porque al final del camino se paga con creces.
Acumulemos riquezas espirituales, poder moral y éticos pero sobretodo sentir el respeto de los que nos rodean, después de ahí nada tiene valor. Cuando un ciudadano aprende a cultivar estos valores contribuye a la sociedad y a las nuevas generaciones.
El autor es: Abogado, articulista y comentarista de radio y televisión
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